¿Has oído hablar de los bosques termófilos de Canarias? Probablemente no te suena demasiado porque debido a su mal estado de conservación, esta formación vegetal es la más desconocida de Canarias.
Se encuentra, o más bien en algunas islas como La Gomera se encontraba, entre el piso de vegetación más bajo (el cardonal-tabaibal) y el monteverde (en otras isla y según la vertiente también colinda con el pinar). Podemos decir que la mala suerte para este piso de vegetación ha sido, que se encuentra justo en las zonas donde más presión humana se ejercía en los siglos pasados, entre los 200 y 600 metros de altitud aproximadamente (varia un poco según la vertiente), es decir en las medianías, donde la vegetación natural fue sustituida por la actividad agrícola durante varios siglos y donde se asentaron gran parte de las poblaciones.
¿Y qué especies vegetales vivían en estas zonas en el pasado? “En los bosques termófilos se encuentran representadas una gran cantidad de valiosas especies, muchas de ellas endémicas de Canarias o de la región macaronésica.” “Las formaciones vegetales más representativas son la sabina (Juniperus turbinata ssp. canariensis), la palma canaria (Phoenix canariensis) y el drago (Dracaena draco y Dracaena tamaranae), famosos y reconocidos símbolos vegetales de Canarias, y el sauce (Salix canariensis).” Por otro lado, también se le suman el almácigo (Pistacia atlantica), el palo sangre (Marcetella moquiniana), el acebuche (Olea cerasiformis), el sándalo o guaydil (Convolvulus floridus), la salvia (Salvia canarienses) y el granadillo (Hypericum canariense), entre otros.
“La fauna de los bosques termófilos tiene pocos elementos exclusivos de este piso, y la mayoría de ellos frecuenta tanto las zonas áridas inferiores como los bosques del piso montano”. Entre ellos destacan pájaros como la curruca cabecinegra, el canario y la paloma rabiche. Con el tiempo y la desaparición de su hábitat tuvieron que desplazarse, algunos como la paloma rabiche por ejemplo hacía zonas más altas, hasta los bordes de la laurisilva, otros se refugiaron en las zonas de cultivo.
Después de haber sido abandonada la actividad agrícola en gran parte de las zonas de las medianías otras especies, varias de ellas introducidas en su momento con fines económicas, como la tunera y la pitera, empezaron a ocupar las zonas que correspondían al bosque termófilo en su momento. Mientras en la zona norte de La Gomera, entre Hermigua y Alojera se recuperó parte de la vegetación termófila como la sabina y la retama, en otras zonas nos encontramos con grandes extensiones ocupados por verdaderos piterales y tunerales, donde antes crecían almácigos, sándalos, sabinas, granadillos etc.
Hoy en día, con las terrazas de cultivo abandonadas y la actividad agrícola reducida a un mínimo, tenemos la oportunidad de recuperar este piso de vegetación. Para ello, en La Gomera, se organiza actividades de restauración y de reforestación de las especies propias de los bosques termófilos, involucrando la población local y voluntarios de todas las edades. Con la ilusión de que algún día volvamos a tener verdaderos bosques termófilos en Canarias.
Fotos: Rubén Barone y Miguel Fernández del Castillo
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