Muy a menudo oímos, o vemos en la web, noticias de que tal día se va a producir un alineamiento de planetas que no se volverá a producir hasta dentro de muchos años, etc.
Los planetas están continuamente alineados, en una linea en un plano. Lo que ocurre es que suelen estar muy separados entre sí y nos nos percatamos de ello. A veces, su movimiento hace que se junten y se producen imágenes más espectaculares.
Eso es lo que ha pasado la noche del 19 de noviembre de 2020, en la que Júpiter y Saturno se encontraban muy cerca uno del otro, y la Luna se juntó a la fiesta.
Poco después, el 21 de diciembre de 2020, Júpiter y Saturno produjeron un espectáculo único desde hacía 800 años y que no se repetirá hasta dentro de otros 400 años más. Llevaban meses “acercándose” y alcanzaron una cercanía aparente tan grande como para aparecer juntos en el ocular de un telescopio.
Es lo que se ve en la foto realizada con un telescopio por el reputado astrofotógrafo Toño González, (https://www.facebook.com/CielosLaPalma), que tiene en su haber varias APOD (Astronomy Picture of the Day) de la NASA, así como otras publicaciones de prestigio. Lo que muestra la foto es lo que se veía mirando por el ocular.
En ella se observa Júpiter, con sus cuatro satélites galileanos en línea, y Saturno con su satélite mayor, Titán. Para hacerse una idea de lo realmente juntos que estaban, hay que decir que Júpiter estaba a 886 millones de kilómetros de la Tierra y Saturno a 1.620. O sea, “pegaditos”.
Que los planetas (y la Luna, y el Sol) se muevan por una banda muy estrecha del cielo tiene que ver con la formación del Sistema solar.
Hace unos cuatro mil quinientos millones de años, donde ahora estamos nosotros, el Sol y los demás planetas, había una gran nube de polvo y gas que era el resultado de una supernova, el estallido de una estrella supergigante. Poco a poco la nube empezó a girar (en el universo hay una clara tendencia a girar). Ese movimiento fue aglomerando el gas y el polvo en un disco y creando “grumos” que dieron lugar al Sol, los planetas, los satélites y demás elementos que forman el Sistema Solar como lo conocemos actualmente.
Por esa razón todos esos elementos están en un mismo plano, que se llama el plano de la eclíptica. ¿Y por qué se llama “de la eclíptica”? Porque es en ese plano que se producen los eclipses.
Un eclipse es la ocultación de un objeto por otro. En el eclipse solar, el Sol es ocultado por la Luna. En un eclipse lunar, la Luna entra en la sombra de la Tierra (si estuviésemos en la Luna veríamos al Sol desaparecer detrás de la Tierra).
Como todos los objetos están en el mismo plano, a veces unos eclipsan a los otros. Bueno, en realidad están en varios planos ligeramente inclinados el uno respecto a los otros, lo que hace que los objetos se junten visualmente, pero rara vez se lleguen a ocultar completamente.
Por esa misma razón los planetas están alineados, siempre. Y no pasa nada si se “juntan”, es solo una cuestión de perspectiva. Desde aquí, desde la Tierra, aparecen juntos, pero nada más. Por ejemplo, cuando uno está en Los Cristianos, ve la isla de El Hierro a la izquierda de la de La Gomera. A medida que uno va desplazándose hacia Los Gigantes, las dos islas parecen que se juntan e incluso desde Puerto Santiago, la isla del meridiano “desaparece” detrás de la colombina. ¿Qué ha pasado? Nada, solo es una cuestión de perspectiva.
Y por supuesto, la alineación de los planetas no tiene ningún efecto – ni bueno, ni malo – en nuestra salud, nuestro destino o nuestra vida, más allá de la curiosa imagen que se puede producir.
¡Ah! Se me olvidaba. No, la Tierra NO es plana.
Interesante mundo de planetas y estrellas. Gracias por la estimable información.