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Historias desde la isla del fin del mundo

Historias desde la isla del fin del mundo
Representación de los bimbaches recogiendo agua del árbol Garoé. Grabado de Allain Manesson Mallet “Description de l’Univers” de 1683.

Érase una vez,

una isla al borde del fin del mundo, donde según sabemos (y esto no es una leyenda) había un árbol sagrado, El Garoé, que daba agua a sus habitantes.

Cuando llegaron los conquistadores, los Bimbaches* intentaron mantener este lugar bajo secreto. Sabían que, si descubrían la ubicación del árbol, habrían perdido el control del agua y con ello, la isla para siempre.

(Bimbapes o Bimbaches: Los aborígenes (ab originis = desde el principio) que habitaban la isla del Hierro al llegar los europeos, seguramente fueran, como todos los demás canarios, de origen Bereber y antiguos habitantes del Norte de África (Los Amazigh). ¿Cómo llegaron a esta isla al borde de la nada? Hay diferentes teorías que merece la pena escuchar para entender la complejidad y fascinación de este tema. Recomiendo ver el documental “Canarias Amazigh”).

Guarazoca, la hija de Armiche, el jefe de este pueblo, se enamoró de uno de los recién llegados y le revelo el secreto. Esta traición la pago con su vida…

(A pesar de su traición, a Guarazoca se le ha dedicado a una pequeña población su nombre donde hoy hay una fábrica de Quesadillas, dulce típico de la isla, hecho de leche, huevos y azúcar… que merece la pena degustar).

Bueno, yo prefiero darle a Guarazoca el beneficio de la duda.

Yo prefiero pensar que fue utilizada pero da igual, el resultado fue el mismo, pero como un colega mío dijo una vez: «en las historias de cacerías los que nos cuentan la historia, no son los leones abatidos…».

¿No les parece a ustedes que aquí hay mucho paralelismo con la actualidad?

¿Qué todo se repite?

La guerra por el agua, el bien más preciado, es tan vieja como los humanos.

La guerra por los recursos es el actual motor económico de la humanidad y esto hace que se nos olvide un poco que significa esa palabra, «HUMANIDAD».

Mi esperanza para después de la pandemia como guía de patrimonio y de naturaleza, era que el turismo obtuviera otro enfoque. Quizás más humano:

  • Donde los actores -nuestros visitantes-, realmente se sientan protagonistas de sus experiencias, donde se den cuenta de que lo que ven, sienten, oyen, huelen, saborean, es tan frágil, como el aleteo de una mariposa.

  • Donde lo que experimentan es ahora, y es único, y que mañana, aunque vuelvan al mismo sitio, tendrá otro aspecto porque la luz es diferente, o quien sabe…   E​so es lujo, es único, e irrepetible.

Y si conseguimos que también nuestros políticos, se den cuenta de que Turismo no es solo «ALL IN» y «Hoteles de 5 estrellas» le estaremos dando a la naturaleza y a nuestros recursos más puros, una oportunidad de conservación.

Pues recuerden:

«…solo protegemos lo que amamos, y solo amamos lo que conocemos…»

Los conquistadores tomaron la isla y la transformaron, talaron el bosque y si ya era difícil conseguir agua en esta isla, que lo hace a través de los vientos Alisios*, esto se complicó todavía más.

(Vientos Alisios: Los alisios se originan en los polos. Son corrientes de aire que descienden hacia las zonas templadas del planeta. En el caso de las islas Canarias, son recogidos por el Anticiclón de las Azores. Junto a su situación latitudinal, es una de las razones del maravilloso clima en Canarias. Las Islas se ven afectadas casi todo el año por ellos. Por un lado los vientos alisios inferiores, frescos y húmedos, procedentes del norte y noreste, que actúan entre el nivel del mar y los 1.500 metros de altitud. Y por otro se encuentran los vientos alisios superiores, cálidos y secos, que soplan por encima de los 1.500 metros, y que son fruto de la circulación general del oeste en altura. Estos vientos dan lugar a la “lluvia horizontal” y a “los mares de nubes” tan espectaculares en las islas altas con más de 1000m. de altura. Esta humedad es la que nutre a estas islas de agua a través de su vegetación.)

Tras la ocupación, la población aborigen de El Hierro desapareció por falta de agua, entre otras cosas y se fue mezclando poco a poco con los recién llegados. Los habitantes que consiguieron sobrevivir toda esta historia, siguieron venerando al Árbol, hasta que un huracán lo derrumbo en 1610.

Pero los Herreños no se dieron nunca por vencidos y plantaron otro Tilo* en 1949 en el lugar donde estaba el antiguo.

(Tilo:Ocotea Foetens” es el laurel más grande y con capacidad de vivir más años en la Laurisilva Macaronesica. Se cree que el antiguo Garoé era un Tilo por su descripción. “Sus hojas eran capaces de captar y destilar el agua de las nieblas que a él llegaban, agua que se recogía en grandes oquedades hechas en torno al árbol por los bimbaches, siendo la principal fuente de agua de este pueblo y no había más agua en el Hierro que la que dimanaba del Garoé”. El Garoé como era divinidad y se adoraba como tal. Este árbol está cerca de Tiñor, en una zona constantemente bañada por el alisio, y a más o menos 1000m de altura. El antiguo Garoé era muy grande y su tronco tenía alrededor de metro y medio de diámetro).

El árbol Garoé, es uno de los símbolos de la isla y se encuentra en su escudo.

Estas Albercas son oquedades excavadas alrededor de las raíces de los árboles donde se almacenaba el agua.

Están en el Centro de Interpretación del Árbol de Garoé que se puede visitar y compaginar su visita con la “Ruta del agua”.

Yo les invito a venir a El Hierro, la más joven de las Canarias y descubrir todos esos rincones únicos de los que seguro se van a enamorar y aunque sea «La Isla del fin del mundo», puede ser el comienzo de una increíble historia de descubrimientos y momentos felices.

Raquel Marcos
Guía de Patrimonio y de Naturaleza
Instructora de Buceo
www.casadiversa-natventure.com


Mediante esta publicación, APIT Tenerife se hace eco de las investigaciones de sus asociados y apoya la generación de conocimiento por parte de sus guías de turismo asociados. No obstante, las opiniones vertidas por los autores de los artículos NO reflejan en modo alguno el posicionamiento de la Asociación. APIT Tenerife es una entidad apolítica, profesional e inclusiva que promueve el patrimonio canario de cualquier índole. En caso de querer aportar elementos al debate de las temáticas aquí tratadas, le invitamos a ponerse en contacto con su autor/a cuyos datos de contacto constan en la firma del artículo y en el listado de guías asociados.

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