Pedro de San José de Betancur, el Hermano Pedro, nació en Vilaflor de Chasna el 21 de marzo de 1626.
A la edad de 23 años marchó para América y recaló en Cuba, Honduras y, finalmente, en Guatemala. Una grave enfermedad durante la cual estuvo al lado de los pobres y desheredados y su repentina curación, le llevó a tomar la decisión de dedicar su vida a Dios en el Nuevo Continente.
Profesó como terciario franciscano, sin llegar a ser nunca sacerdote, en el convento de San Francisco de lo que hoy es La Antigua Guatemala. Se dedicó a los pobres y necesitados, creando una fundación para acoger a los vagabundos, blancos, mestizos y negros. Construyó un oratorio, una escuela, una enfermería, una posada para sacerdotes y para estudiantes universitarios. Atendió la instrucción religiosa y civil con criterios todavía hoy calificados como modernos. Fue un adelantado a su tiempo por sus métodos pedagógicos y los servicios sociales que puso en marcha.
Su labor y la de otros terciarios que se unieron a él y de las mujeres que atendían a los niños desembocó en la creación de la Orden de los Bethlemitas y de las Bethlemitas. Una casa de esta orden se encuentra abierta en Vilaflor, junto a su santuario.
Su labor hace que se le conozca como el San Francisco de Asís de las Américas.
Murió a la corta edad de 41 años. Fue beatificado en 1980 y canonizado en 2002.
En sus años mozos, el Hermano Pedro fue cabrero y llevaba a su ganado buscando pastos, a través de diferentes vías de trashumancia, desde su Vilaflor natal hasta la costa de Granadilla de Abona, en donde se encuentra la cueva-habitación y la cueva-velatorio (antiguo establo temporal) en la que permanecía varios meses al año. Cabe destacar que esta utilización en el cauce de un barranco de una cueva y establo temporales, es herencia de la cultura aborigen. Hoy en día es punto de visita y peregrinación de los muchos devotos que el santo tiene.
El camino, en su tramo principal desde el casco histórico de Vilaflor, tiene una longitud aproximada de 18 km., un desnivel de 1.400 metros y transcurre entre bancales, huertos, nateros y matorrales.
Durante su recorrido, el paseante puede observar flora autóctona empezando en el pinar y matorral de cumbre, para pasar al tabaibal-cardonal y terminar en matorral de costa. La fauna es la habitual en estos entornos.
Lo que hoy se conoce como Camino del Hermano Pedro es resultado de la suma de varios tramos de caminos diferentes que eran utilizados por los cabreros en aquella época como vías pastoriles.
Éstas y otras vías cercanas han ido languideciendo a causa del abandono paulatino de las medianías por el cambio en el modelo económico. Su desaparición se materializa por el abandono de su uso, las alteraciones por construcción urbanística o de carreteras y la invasión de la vegetación.
En los últimos años se ha recuperado para el disfrute de propios y extraños. En concreto desde 2005 se han llevado a cabo una serie de acciones de recuperación material de la senda y su puesta en valor para el senderismo y el turismo cultural.
Se trata de la recuperación de este bien como patrimonio cultural y particularizado, en este caso, por el interés histórico del personaje. Trae a primer plano la recuperación de los modos de vida tradicionales e identificativos como pueblo.
Es de reseñar que fueron los propios vecinos, a través de asociaciones diversas los que habían estado manteniendo espontáneamente estos caminos como símbolos de la memoria colectiva.
Su rehabilitación fue un consenso entre autoridades, entidades y vecinos. Fomenta la concienciación de vecinos y visitantes de la riqueza del patrimonio natural y cultural y ayuda a recuperar otros caminos cercanos y otras manifestaciones similares.
Es notorio entre los vecinos constatar que cada vez se recorren más los antiguos caminos tradicionales que en su momento fueron cordón umbilical entre los núcleos poblacionales de la Comarca.
Como dice J.J. Cano en su tesis doctoral, “Estas antiguas redes de comunicación podrían suponer un factor de desarrollo territorial si las autoridades locales se coordinan y los empresarios, las administraciones y, sobre todo, la población local, los revaloriza y conserva para implementar con todos los actores que participan en el ámbito de estudio aquellas acciones que creen sinergias entre los pueblos de este sector de la Isla y que, de esta manera, supongan un activo socioeconómico complementario a las actividades más características de las medianías y cumbres del Sur de Tenerife, como ya se viene demostrando en los últimos años en las islas de La Gomera, El Hierro y La Palma.
En definitiva, la puesta en valor del patrimonio caminero en el marco de un desarrollo territorial requiere un trabajo activo que involucre a la sociedad en la búsqueda y reconocimiento de los símbolos de la memoria colectiva y la transformación del patrimonio como producto turístico sustentable siempre en beneficio de la sociedad y el territorio que los acoge.”
Artículo originalmente publicado en la revista digital Rumbo Sur, del CITSur de junio 2021.
Agradezco al Dr. José Juan Cano, Presidente del Colegio de Geógrafos de Canarias la ayuda prestada. https://www.tenerife.es/portalcabtfe/es/el-cabildo/publicacionescit/item/9043-la-red-caminera-de-tenerife-revalorizacion-conservacion-y-articulacion-territorial
Mediante esta publicación, APIT Tenerife se hace eco de las investigaciones de sus asociados y apoya la generación de conocimiento por parte de sus guías de turismo asociados. No obstante, las opiniones vertidas por los autores de los artículos NO reflejan en modo alguno el posicionamiento de la Asociación. APIT Tenerife es una entidad apolítica, profesional e inclusiva que promueve el patrimonio canario de cualquier índole. En caso de querer aportar elementos al debate de las temáticas aquí tratadas, le invitamos a ponerse en contacto con su autor/a cuyos datos de contacto constan en la firma del artículo y en el listado de guías asociados.