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La naturaleza, el territorio insular y la vida campesina en la poesía de Fernando Garciarramos

De forma habitual nos referimos al patrimonio natural y cultural de Canarias describiéndolo directamente, informando de aquellos elementos que lo hacen interesante y singular. Sin embargo hay muchas maneras de acercarse a nuestra naturaleza, al medio físico que compone la geografía de estas islas y su territorio, así como al elemento humano, a las gentes cuya vida ha estado más ligada a nuestros campos y mar. También es por supuesto posible hacerlo por medio del arte, en algunos casos intentando plasmar fielmente la realidad y en otros no, pero siempre tratando de transmitir las emociones que la naturaleza y la cultura popular pueden despertar. En seguida podemos pensar en pintores paisajistas pero en el presente texto nos referiremos a ellas como fuentes de inspiración en la obra del poeta y escultor que protagoniza este artículo. Sería muy osado tratar de resumir una larga e intensa vida en unas líneas. Intentaremos no obstante ofrecer un breve apunte biográfico.

Fernando Garciarramos en Garachico

Fernando Garciarramos nació en Santa Cruz de Tenerife en 1931 pero ha vivido toda su vida en La Laguna, la ciudad donde sigue residiendo. Es Doctor en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna. Es así mismo aparejador y ha sido catedrático de dibujo arquitectónico y director de la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica de la Universidad de La Laguna. Entre su primer poemario, Tristeza del hombre (1953) y el último hasta ahora, El lado oscuro del resplandor (2013), su obra literaria abarca sesenta años y veinticinco libros de poemas.

La obra poética de Fernando Garciarramos es mucho más amplia y diversa de lo que puede mostrar este breve texto. Es no obstante oportuno mencionar que ese acento popular e, inclinación por la sencillez que le caracterizan le han llevado a colaborar con el folclore canario. Es el caso del grupo Añoranza, que publicó en 1980 un LP (Añoranza Canta a Fernando Garciarramos) en el cual todas las letras fueron escritas por el protagonista de este artículo.

Su labor escultórica es también muy amplia. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y participado también en muchas otras colectivas. Su obra se encuentra en museos y también en calles, plazas y otros espacios públicos de nuestra geografía. Su quehacer en esta disciplina artística ha sido muy variado en estilos y formas, a veces dentro del realismo y muchas otras en el campo de la abstracción, o en estados intermedios entre uno y otra. Por citar tan sólo algunas de estas obras que al lector pueden resultar conocidas por estar en espacios públicos, podemos mencionar el monumento a D. Alonso de Nava y Grimón, Marqués de Villanueva del Prado en La Laguna, el Homenaje a Los Sabandeños en Punta del Hidalgo, Arbórea (inspirada en una famosa sabina de El Hierro) en Santa Cruz de Tenerife, el Homenaje Al Emigrante en Garachico, entre muchas otras.

Escultura Arbórea en Santa Cruz de Tenerife

Si bien las fuentes de inspiración de su arte han sido muchas, en el espacio limitado de este artículo deseamos reflejar principalmente cómo la naturaleza y geografía de nuestras islas, así como su patrimonio cultural han sido fuerzas motivadoras de esa poesía. Tras inspirarse en esos elementos tan fundamentales para la vida de este artista, él ha sabido devolverlos al lector, convertidos en arte, y de esa forma ha contribuido al aprecio por esa riqueza de nuestra naturaleza y cultura popular, y a inspirar a su vez el deseo por conservar ese patrimonio.

Por medio de sus poemas, o extractos de ellos, ilustraremos esa unión entre la naturaleza, la geografía insular, y la poesía en la obra de Fernando Garciarramos.

El macizo de Anaga, con sus senderos y barrancos, su agreste orografía, sus topónimos, sus caseríos y sus gentes ha sido para este poeta una frecuente y poderosa fuente de inspiración. Con versos sencillos, además de acertados y sugerentes, nos anima a caminar sus sendas; a dejarnos seducir por ese monumental territorio montañoso.

Portada del cuadernillo Senderos de Poesía

Sin más arnés ni mochila

que la Poesía a cuestas.

Te sugiero, caminante,

sin agobiantes urgencias

recorrer pausadamente

el sendero de Las Vueltas.

Como los días del año

está lleno de sorpresas.

                                            Yo te invito, caminante,

                                              porque los versos no pesan,

                                             a llevar por equipaje

                                             la imaginación despierta.

Fragmento de VUELTAS, de Anaga Aberrunto (2016) y Anaga Senderos de Poesía (2006)

Los versos anteriores forman parte del proyecto Anaga Senderos de Poesía, que no sólo fue publicado por el Parque Rural de Anaga en un cuadernillo, sino convertido en un extenso poemario al aire libre, pues sus diecisiete poesías figuran en unos pequeños paneles acompañados de algún dibujo que el caminante de los senderos de esas montañas puede encontrar en su recorrido. Con esta iniciativa, promovida por un vecino del Parque llamado Leandro Rojas, se acerca la poesía al visitante del macizo a la vez que la literatura contribuye a homenajear y ensalzar a la naturaleza y geografía de ese territorio montano. Por desgracia, uno de esos paneles fue retirado durante unos trabajos de acondicionamiento del mirador de Jardina y no ha vuelto a su emplazamiento. Esperemos que desde la dirección del Parque Rural se subsane esta deficiencia.

Panel de la serie Senderos de Poesía en Taborno (Anaga)

La exuberante laurisilva de Anaga y los múltiples senderos de ese magnífico monteverde también han sido fuente de inspiración:

En la umbrosa laurisilva el caminito se pierde

En la umbrosa laurisilva

el caminito se pierde.

En la fronda se ocultó

bajo los helechos verdes,

mas de pronto apareció

embrujado nuevamente.

Roque Negro se santigua

                                                                        con el agua de un naciente.

                                                                          En la umbrosa laurisilva

                                                                        el caminito se pierde.

                                                                        Mil veredas tiene el monte,

                                                                        mil laberintos silvestres

                                                                         donde el sol no llega nunca,

                                                                         donde la luz desfallece.

Fragmento de ROQUE NEGRO, de Anaga Aberrunto (2016) y Anaga Senderos de Poesía (2006)

Y ¿cómo no? la agreste costa de estas montañas es también material para la poesía:

                                                                                   Nido de viejas leyendas,

Brava costa es la de Anaga

brava costa es la de Anaga,

la de las bajas ocultas,

y las piedras afiladas…

Unas emergen triunfantes,

otras te acechan al alba

                                                                                      tras pasar la negra noche

                                                                                     en traicionera acechanza

Fragmento de BODEGAS, de Anaga Aberrunto (2016)

Desde tiempos ancestrales Anaga es un lugar habitado donde, durante siglos, la vida de sus gentes ha estado ligada a las labores del campo y al aprovechamiento de sus recursos naturales. Esa población sencilla y campesina también han sido fuente de inspiración para el poeta, que ha sabido reflejar en pocas palabras la realidad de una vida apegada al terreno que en general ha sido dura y sacrificada.

Hay en el paisaje verde

preciosos puntitos blancos.

De lejos se ven alegres;

de cerca estarán llorando…

Ay, casitas campesinas

que abarrotan los collados.

No es lo mismo ver la vida

que llevarla al hombro, hermano.

No es lo mismo ver la vida

cómodamente sentado.

La vida duele en la espalda

de sol a sol colorado.

Ay, pueblo de Chinamada,

sobre las cumbres colgado.

Por dentro cuevas y sombras,

por fuera la cal cantando.

Fragmento de CANCIÓN DE CHINAMADA de Endechas del Ahogado Verde y otros Agüeros del Son (1980)

San Isidro, nuevamente,

encendió Las Carboneras.

Hornos profundos del alma

que arden pero no queman.

Fuego de historias humanas,

de celestiales leyendas…

De fatigas y trabajos

las cenizas rinden cuentas

mientras vuelan levemente

con regocijos de fiesta.

Fragmento de CARBONERAS de Anaga Aberrunto (2016) y Anaga Senderos de Poesía (2006)

La naturaleza y la geografía insular de diversas maneras y formas, recorre parte de la obra poética de Fernando Garciarramos a lo largo de su dilatada carrera literaria. Naturalmente, la geología volcánica también ha incitado su inspiración. En 1980 publicó el primer libro de lo que iba a ser una serie sobre los paisajes insulares en colaboración con el fotógrafo Norberto Zenón. Sólo llegó a ver la luz ese primer volumen llamado En Las Manos Del Volcán que puso de manifiesto cómo la naturaleza abrupta y pétrea de nuestra alta montaña puede convertirse en poesía.

Del fondo de los siglos,

de la antigüedad de los mares,

de donde laten las raíces, llegas

a proyectar tu sombra inquieta,

a poner en pie los alaridos.

Sólo la nieve nítida

te apacigua,

sólo el purísimo blanco

te enternece,

volcán nuestro de cada día,

de cada silencio nuestro.

Con tu perfil acuchillas el horizonte,

desgarras la paz

de los cielos insulares,

mientras Guayota recorre aún

tu áspera piel

de azufres y obsidianas.

Fragmento del poema EN LAS MANOS DEL VOLCÁN, del libro de mismo título (1980)

 

En una poesía fuertemente influenciada por la realidad insular, en parte por la belleza de su naturaleza misma pero también por cómo esta última afecta a las personas que habitan estas islas y también de hondo sentido humanista, el mar y su relación con el isleño han sido también fuente de inspiración.

Que libre campo es la mar.

Nadie lo asurca ni siembra,

ni tiene majanos blancos,

ni tiene lindes ni cercas.

Fruto es el peje en la barca,

si el campesino lo pesca;

Hay que adentrarse sin miedo,

hay que meterse en la brega,

hay que bogar duramente

contra el viento y la marea,

bajo el sol que no perdona,

bajo la noche sin tregua.

Fragmento de LA MAR de Barruntos (1976)

En ocasiones el mar y la costa son abordados desde la intimidad personal. La experiencia vivida y los recuerdos, tal vez embellecidos por el paso del tiempo, integran el humano sentimiento de añoranza por una etapa de la vida en la que, para el autor, estaba aún todo por hacer y donde el mundo era un lugar nuevo y sorprendente a descubrir.

En los transparentes charcos,

donde un luminoso pez

nos fascinaba.

En la costa volcánica

erizada de púas y peligros.

Busco aquel tiempo

de tarajales, veredas y misterios,

de marineros cuentos crepusculares;

busco el radiante mediodía

en que hacíamos del baño en las caletas

una gloriosa y perenne plenitud.

Fragmento de ELEGÍA EN EL MAR (I) deFurnias (1982)

 

Además de las mencionadas hay otras montañas que también han atraído la atención de este poeta, y es que ¿cómo no conmoverse ante la grandiosidad del macizo de Teno?

Donde el barranco despliega

sus alas de sombra y vértigo

donde las penas anidan

y se posan los silencios,

donde basaltos y lavas

a la vida ponen cerco,

donde los altos riscales

acorralan a los sueños,

allí mismo se levanta

-entre los abismos preso-

el pueblecito de Masca,

el caserío masquero.

¡Ay, Guergue, Tarucho, Yeje,

oscuro Pico del Cuervo…!

Nombres que tocan el alma,

voces que suenan adentro,

nombres de rocas altivas,

gritos que parten el pecho.

Fragmento de ROMANCE MASQUERO, de Endechas del Ahogado Verde y otros Agüeros del Son (1980)

No se me ocurre mejor manera de acabar este artículo y pequeño homenaje dedicado al poeta Fernando Garciarramos que con unos versos del poemario que escribió sobre su querido macizo de Anaga.

Por dos piedras de la mar

muestra Anaga preferencia.

Una, está afuera, apartada;

otra, es el Roque de Tierra.

Una, se agarra a la isla;

otra, marcharse quisiera…

Desde Punta del Hidalgo

bien parece que navegan

Fragmento de ROQUES DE ANAGA de Anaga Aberrunto (2016)

 

AGRADECIMIENTOS:

A Fernando Garciarramos por la entrañable conversación que contribuyó a orientar este artículo y por haber facilitado documentación de interés.

A sus hijos Fernando y Ana Arminda García-Ramos por haber facilitado y participado en el encuentro mencionado, haber contribuido con bibliografía y haber realizado una lectura previa del borrador de este artículo que ha permitido realizar algunas mejoras al texto inicial.

BIBLIOGRAFÍA DE INTERÉS:

Naturalmente los poemarios ya mencionados en el texto y, en general, el conjunto de su obra poética. Sin embargo muchos de ellos pueden ser actualmente difíciles de conseguir, si bien al menos algunos se encuentran también en bibliotecas públicas. Citaremos por tanto el siguiente libro, que sí está aún asequible en librerías, en el que se hace un recorrido por su obra literaria:

Antología Poética. Fernando Garciarramos. Centro de la Cultura Popular Canaria. 2004

 

Miguel Fernández del Castillo Andersen

Guía de Turismo de Canarias


Mediante esta publicación, APIT Tenerife se hace eco de las investigaciones de sus asociados y apoya la generación de conocimiento por parte de sus guías de turismo asociados. No obstante, las opiniones vertidas por los autores de los artículos NO reflejan en modo alguno el posicionamiento de la Asociación. APIT Tenerife es una entidad apolítica, profesional e inclusiva que promueve el patrimonio canario de cualquier índole. En caso de querer aportar elementos al debate de las temáticas aquí tratadas, le invitamos a ponerse en contacto con su autor/a cuyos datos de contacto constan en la firma del artículo y en el listado de guías asociados.

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