Los cambulloneros, entre la picaresca y el romanticismo.
Lo negro no siempre ha de ser sinónimo de tristeza o presagio de malos augurios; en Las Canarias de los años 50 del siglo pasado el hambre, las privaciones, la miseria y la falta de oportunidades era el estatus quo imperante fruto del aislamiento y el abandono producidos por las guerras recién terminadas. En estos tiempos eran frecuentes múltiples procesiones solicitando la “ayuda divina” gestadas bajo la advocación de la Virgen del Carmen que poco o nada práctico concedían. Era entonces cuando las gentes humildes se acercaban soñadoras a los puertos de Santa Cruz y de Las Palmas para ver…