La Roseta II. Cuando la roseta causó furor en Europa.
Acabando el S. XIX, Tenerife comienza a despuntar como destino turístico de salud entre los europeos. Muchos pudientes del continente, en su mayoría afectos por tuberculosis, encontraron en Tenerife un lugar apacible, no demasiado lejos de la metrópolis, con temperaturas y humedad relativa curativas y una idiosincrasia que los dejó estupefactos. Entre estos foráneos se encontraba un tal Sparrow, de origen británico, bastante espabilado según se desprende de la documentación histórica, quien se topó con unas labores textiles de elevada delicadeza de las que se quedó prendado. Tales obras de arte hiladas no eran nada más y nada menos que…